El libro ilustrado es el conjunto de la imagen gráfica y el relato literario; de alguna manera ambas manifestaciones artísticas se complementan: la ilustración prolonga el sentido de relato y el relato busca las orientaciones que conducen a la fantasía por el camino de lo nuevo y diferente. Un libro ilustrado ofrece a los lectores placer, entretenimiento y sobre todo una experiencia creativa y estética.
Si damos a los niños, desde edades tempranas, libros ilustrados sus capacidades intelectuales y artísticas se verán estimuladas y se desarrollarán precozmente sus facultades de crítica y su afición y amor al arte y a la belleza. La imagen en los libros para niños no es sólo una propuesta estética, es un modo de comunicación. A través de las ilustraciones de los cuentos, los lectores, desde muy pequeños, pueden conocer el mundo que les rodea, o trasladarse a espacios de ficción. El ilustrador se expresa en imágenes, intenta transmitir realidades estéticas por medio de un determinado lenguaje.
Así, será necesario que los lectores descubran la manera de percibir e interpretar lo que el ilustrador quiere contar. Para ello, el niño debe ver, desde muy pequeño, multitud de imágenes variadas en cuanto a estilo, técnica, contenidos, etc., de manera que se vaya formando como lector de imágenes y se familiarice con ese código.
En un libro ilustrado, la imagen es lo primero que el lector ve, es la primera impresión de la historia. Tiene varias funciones:
- Crea la atmósfera de la obra: los colores, la técnica que el ilustrador utiliza, nos indican el ambiente en que se sitúa la historia. Aporta información al lector sobre el entorno, los personajes, etc.
- Da el tono. Las ilustraciones nos sugieren el contenido humorístico, poético, irónico, del cuento.
- Provoca al espectador en su sensibilidad más íntima, poniendo en escena situaciones que favorecen tomas de postura en relación con lo expuesto por el autor.
- Ofrece la oportunidad de un diálogo. El lector mira la imagen y ésta a su vez penetra en el lector, produciéndole sensaciones, como risa, miedo, sorpresa, ternura...
Por tanto, la ilustración en los libros infantiles no es un adorno, ni pretende facilitar la lectura de los textos. Ofrece una nueva lectura que sobrepasa los límites del texto y que no se realiza de forma lineal, sino que permite un trayecto más libre, donde el lector es quien elige los detalles en que recrearse. A diferencia del cine o la televisión, el niño puede dominar el ritmo del movimiento y dedicar el tiempo que quiera a un detalle, un personaje o una acción que le atrae. Con los más pequeños, hay que prestar atención a las imágenes para que sean claras, evitando romper esa línea comunicativa. No se trata, sin embargo, de ofrecer ilustraciones pobres, siempre iguales, sino otras que le proporcionen caminos nuevos que le ayuden a crecer como lector.
El álbum ilustrado es un conjunto armónico de ilustración y texto. En algunos casos pesa más la imagen y en otros la palabra. Se trata, pues, de un tipo de libros que busca una comunicación con los lectores, a través de una doble vía: la de la ilustración y la del texto escrito. De esta forma, la propuesta resulta enriquecedora para un lector que debe interpretar dos códigos diferentes. El potencial imaginario del niño juega sobre esos dos registros.
"La lectura de imágenes siempre deja una huella sobre la sensibilidad de un niño pequeño. Las imágenes participan en la elaboración del recuerdo y ayudan en el proceso de estructuración de su propia personalidad." (Jeanine Despinette. Presidenta del Centro de Estudios para la Literatura infantil y juvenil. París.)
En Los cuentos de Panapa elaboramos cuidadosamente cada álbum, para mostrar historias donde texto e imagen guardan un equilibrio perfecto...¿Te animas a comprobarlo por tí mismo?